lunes, 4 de abril de 2011

El rescate de Grecia: antes y después

  Nos situamos en los últimos retazos del 2009 y el comienzo del 2010 cuando los primeros rumores acerca de la inestabilidad y el endeudamiento de la República Helénica surgen para provocar lo que hoy en día sigue siendo una bola de nieve de nunca acabar. Por aquel entonces la deuda griega a 10 años ofrecía una rentabilidad en torno al 5%, un margen sostenible para seguir manteniendo una economía debilitada.

  
En el momento que las primeras noticias dataron una contabilidad contaminada y maquillada por el Estado griego los inversores más aversos se deshicieron de su deuda y los especuladores vieron una nueva luz brillar con especial fuerza. Esto provocó irremediablemente la subida de la rentabilidad de los bonos helénicos para seguir colocando su deuda en los mercados y seguir financiando la economía y pagando la deuda adquirida, a la llegada de Papandreu el 6 de octubre del 2009  ya acumulaban 300.000 millones de euros (el 115% del producto interior bruto) de deuda y un déficit público del 14% del PIB.

  
Así con cada vez mayores dificultades para vender bonos y la desconfianza propagada en los mercados internacionales los principales políticos mundiales como Obama y Merkel dirigen sus discursos a la recuperación de la deseada confianza y la actuación de la UE no se hizo esperar. Las razones por las que la zona euro se ve obligada a actuar son obvias: grandes cantidades de deuda griega colocada en muchos bancos europeos, efecto transmisión de la desconfianza a otros países en situaciones similares (Irlanda, Portugal..), etc. Efectos adversos que en última instancia provocarían la ruptura del pacto por el euro por el que tanto se ha trabajado. Lo que hace evidente la necesidad deun rescate con dinero europeo y colaboración del FMI.

  
De este modo, tras unos primeros meses de rumores e incertidumbre llegamos a la primavera del 2010:

  Después de semanas de tensas negociaciones y la negativa inicial de Papandreu a aceptar el rescate, esperando que su primer plan de austeridad, de carácter interno, fuera aceptado por los mercados. Algo que no se produjo, dado que este plan tuvo el efecto contrario al deseado, aumentando la inestabilidad dentro del país por las huelgas de funcionarios y los disturbios que solo dificultaron y encarecieron el futuro rescate. Situación que parecía no poder sostenerse en el tiempo cuando a primeros de mayo el rescate se hace efectivo con el consiguiente efecto positivo sobre la deuda griega. El bono pasó de ofrecer una rentabilidad del 11,3% a cotizarse al 7% como muestra el gráfico al pie del artículo. Los movimientos especuladores parecían alejarse y el fantasma de la quiebra a desvanecerse. ¿O no?

  
Para entonces los mercados, sus operarios y los medios de comunicación ya apuntaban a su siguiente víctima, Irlanda. De este modo tras un par de meses de tranquilidad la deuda soberana de Grecia vuelve a ofrecer unas rentabilidades altísimas ligada a los rumores acerca de la continuidad de la zona euro, se esta hablando de la posible caida de Irlanda, Portugal, España e Italia (PIIGS) que arrastraría el pacto por el euro a la ruina. Llegados a septiembre del 2010 la deuda griega sufre un descenso en sus rentabilidades esta se explica por dos motivos Yorgos Papandreu rechaza la renegociación de la deuda griega y se mantiene firme ante las presiones transmitiendo seguridad en sus actuaciones y la aprobación del pacto de Basilea III por el que los bancos deberán tener mayor transparencia. En ambos casos se transmitió una ligera confianza a los mercados. Lastima que estas buenas noticias no se prolongaran en el tiempo.

  
Nos encontramos a mediados de octubre cuando se ataca con fuerza la deuda irlandesa. Mientras el gobierno irlandés tiene cada vez mayores dificultades en colocar su deuda, de nuevo en gran parte gracias a los rumores. Ahora las noticias son la ocultación por parte de Irlanda de su verdadero nivel de déficit y de deuda, a la vez que se suceden las protestas por la gestión del gobierno y su plan de austeridad monacal (recortes de 6.000 millones de € el primer año). Pero de la situación de Irlanda hablaremos más adelante. De este modo la deuda griega vuelve a encarecerse hasta niveles cercanos 12%, similares a las fechas en las que Grecia fue rescatada. Superando distintos altibajos, llegamos al día de hoy en el que la deuda soberana de la República Helénica se negocia a niveles cada vez más cercanos al 13%. Si bien Portugal es la que se está llevando todo el protagonismo, no deja de ser mas que preocupante.

Grecia ya no está de moda, nosotros seguiremos informando.

Por Jaime Saumell y Nikita Mokin.

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