jueves, 3 de marzo de 2011

Falta Inversión en la Industria

  Los últimos 25 años se caracterizan por la asfixiante falta de inversión en la industria española, aquí os dejo unas claves para entender mejor este proceso. Un poco de teoría en un marco real, para entender el proceso de formación de capital en la industria y los handicaps que se encuentra la industria española en este camino:

  La inversión de una empresa industrial se podría dividir en dos partes, así tenemos el CAPEX (gasto en capital) que partimos en inversión en mantenimiento y para el crecimiento.
Por otro lado teniendo en cuenta una función simple de producción tal que F=(K,W), donde W es el trabajo incorporado y K es el capital. La financiación de la K depende de la rentabilidad del sector o VAB y la Deuda o inversión del exterior en la empresa.

  Así observamos que en épocas de crisis que se produce un deterioro en la inversión tanto de crecimiento como de mantenimiento. Pero, ¿qué conlleva la restricción en la formación bruta de capital para el mantenimiento? Pues sencillamente una paulatina perdida de capacidad productiva, la cual los empresarios están dispuestos a aceptar para conservar otras partes de la empresa como son los trabajadores. Perder capacidad productiva cuando la demanda del producto está decayendo no parece preocupante, pero si consideramos una horizonte de recuperación, la cosa cambia. Cuando la economía española empiece a levantarse, una industria con su capacidad de producción deteriorada no va a poder aguantar el tirón de la demanda, por lo que no podrá compensar en forma de cantidades al consumidor y tendrá que aumentar precios. Esto provoca irremediablemente una perdida de competitividad frente a industrias extranjeras, con lo cual ese excedente de demanda sera absorbido por terceras empresas de fuera del país, no haciendo otra cosa mas que aumentar el diferencial de competitividad, ya de por si amplio.

Podemos destacar dos periodos clave en los problemas en la industria:

  Antes de la crisis y después de esta. Ambos periodos con un mismo denominador, la falta de crédito. Esta falta de crédito antes de la crisis se debe a un sector construcción en auge que drenaba casi toda la liquidez existente, dado su mayor VAB y por tanto mayor rentabilidad para el inversor. Si observamos los datos vemos que el VAB para la construcción es de media un 6% mientras que para la industria es de tan solo 3%. Si comparásemos la rentabilidad de la industria española con el que se considera activo mas seguro de los mercados de inversión, como es el bono estadounidense a 5 años, el rendimiento del cual es del 2,79%, parece que invertir en industria no es la mejor opción si tenemos en cuenta que conlleva una serie de riesgos que el bono estadounidense, por ejemplo, no tiene. El sector construcción acaba siendo el mercado mas atractivo para un inversor.
  Después de la crisis, en cambio, son los Estados los que hacen el papel del sector construcción y drenan la poca liquidez existente en los mercados. Esto ocurre por dos cosas: Una, la inestabilidad del sector financiero. Dos, por la mayor seguridad que ofrece la deuda soberana frente al resto oportunidades de inversión.

Otro punto negativo de la crisis:

  La financiación de por si escasa, se ve dificultada todavía mas por el aumento de morosidad de los clientes y en el mejor de los casos, retrasos larguísimos en el pago. Esto junto a la exigencia de los proveedores de unos plazos mas cortos para el pago de aprovisionamientos hace que el GAP sea cada vez mayor, provocando que la industria tenga que hacer verdaderos estragos para mantenerse a flote.

Generalmente hay dos grandes vías para prestar dinero a una empresa:

  Prestar en Base a Activos (ABL) y Prestar en base a la generación de flujos de caja (CFBL), esta última es la que se utiliza en la industria. Los flujos de caja se miden en base a un concepto que se denomina EBITDA, que serian los ingresos antes de impuestos y amortizaciones. Cuanto mas estable es el flujo, mayor financiación es capaz de atraer la industria. Difícil de mantener en tiempos de crisis con lo que se dificulta aun mas la consecución de crédito. El grado de apalancamiento de una industria no debe de medirse en términos absolutos sino en base al apalancamiento relativo, en función de su EBITDA en relación al total de la deuda , una empresa con mayores flujos se puede permitir mayor nivel de deuda. Por otro lado, el factor tamaño también es muy importante a la hora de conseguir financiación, con lo que el crédito acaba fluyendo hacia las empresas mas grandes y por lo tanto con menores dificultades de financiación en detrimento de las pequeñas empresas industriales. 

¿Cómo se sale de aquí?

  Una posible solución seria una financiación que provenga de instituciones nacionales o europeas. En el caso europeo parece difícil en estos momentos en los que el 50% del presupuesto comunitario se va en la financiación de un sector poco competitivo como es el primario. Quizá ya sea hora de renunciar al mantenimiento del sector agrícola en favor de la industria como base de las economias mas desarrolladas económicamente. Una base sólida que permita la terciarización, que es , ya, el presente de la economía mundial.


Por Nikita Mokin

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