jueves, 2 de diciembre de 2010

El Tesoro paga por la deuda el precio más alto en dos años

El Tesoro se ha visto obligado hoy de nuevo a subir el interés de la deuda española por culpa de una crisis que ya se ha llevado por delante a Grecia e Irlanda. Sin embargo, pese al claro repunte en los intereses registrado en la subasta de bonos a tres años que ha realizado el organismo dependiente de Economía, el resultado de la subasta puede calificarse, con algunas cautelas, como de éxito.



Las razones objetivas que respaldan esta valoración son varias. Primero, que la demanda vuelve a aumentar y mejora la ratio de cobertura -el número de títulos solicitados frente a los emitidos- de la anterior subasta al mismo plazo. En concreto, pasa de 2,1 veces a 2,2, lo que equivale a que la demanda más que la duplica la oferta. Gracias a que el apetito por la deuda española se mantiene fuerte aunque sea a costa de incrementar los intereses, lo que para el Gobierno es síntoma de que sigue teniendo de la confianzade los inversores, se han alcanzado los rangos altos previstos de colocación. Del margen de entre 1.750 a 2.750 millones esperado, se han vendido 2.468 millones de euros. De aquí a final de año, los expertos calculan que le quedan por colocar 7.500 millones.
En cuanto al precio al que se han colocado los bonos, si bien es innegable que aumenta hasta su nivel más alto en dos años al pasar del 2,5% de octubre al 3,7% de hoy, este interés sigue siendo más barato que el de los títulos emitidos en 2007 y que han ido venciendo en 2010, lo que significa menos gasto para el Estado. A su vez, aunque en términos de rentabilidad la situación es peor que en plena tormenta griega, el interés al que se ha cortado la subasta ha sido inferior al que en ese momento se intercambiaban los bonos a tres años en el mercado secundario. Por tanto, aunque los inversores tenían la posibilidad de comprar los títulos en este otro mercado para asegurarse una mayor rentabilidad, han preferido mantenerse fieles al Tesoro.
También podría haber sido peor por una simple cuestión de calendario. Si no hubiese sido por la euforia desatada ayer en los mercados ante la posible intervención del BCE para atajar el acoso contra los países del euro, la factura de la emisión le habría sido más alta. El martes, los bonos a tres años se intercambiaban en el mercado secundario al 4,3%, mientras ayer cerraron en el 3,9% y hoy han vuelto a descender. Dado que el Tesoro ha gozado, sin buscarlo, de este don de la oportunidad, se ha ahorrado 88 millones.




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