La desbandada de inversores de la deuda española ha adquirido esta mañana una velocidad inusitada, lo que ha disparado la prima de riesgo, que es el sobreprecio que el mercado exige para comprar los bonos del Tesoro en lugar de los alemanes, más demandados por ser más seguros. La confianza se ha convertido, con la que está cayendo en los mercados de deuda soberana, en el único salvavidas al que agarrarse para sobrevivir a la tormenta. Pero España, precisamente, no está en su mejor momento en cuanto a confianza se refiere, por lo que salir de los activos vinculados a su deuda se ha convertido en prioritario para los agentes. Con el interés de los títulos a 10 años en máximos de la década (5,66%) por estas dudas sobre la solvencia del país y el temor a que al final tenga que solicitar el rescate, la prima ha rozado los 300 puntos básicos, un récord histórico desde que el país entró en el euro, aunque tras este primer momento de pánico por la avalancha de órdenes de venta, a partir de media mañana ha frenado su avance.
Tras el rescate de Grecia e Irlanda, los mercados apuestan ahora a que Portugal será la próxima en necesitar la ayuda de sus socios del euro y recurrir al multimillonario fondo de rescate de la UE y el FMI, tal y como demuestra que los seguros contra un eventual impago de su deuda han marcado a primera hora máximos históricos al mismo tiempo que su prima de riesgo ya sube menos y transitaba sobre los 430 puntos básicos. A continuación, en el objetivo de los inversores aparece España, la considera como primera gran pieza de esta cacería contra los eslabones más débiles de la eurozona y con graves problemas de déficit y deuda. De hecho, su prima de riesgo era la que más subía y a primera hora ha llegado a tocar los 294 puntos básicos.
Pero aquí no acaban los problemas. A pesar de que en caso de que se cumplan las expectativas de los más agoreros -o más realistas, quién sabe- y Lisboa y Madrid acaben recorriendo el mismo camino que Atenas y Grecia no habrá dinero para todos en el mecanismos de emergencia, ya están señaladas también las siguientes posibles víctimas: Italia, cuya prima o riesgo país ha superado por primera vez desde 1997 los 200 puntos básicos, o Bélgica. Hoy, incluso Francia también está sufriendo la salida de los inversores de sus bonos.
Aunque hoy no se esperaba un cambio de tendencia en los mercados de deuda tras el fuerte correctivo de ayer, sí ha sorprendido la renovada intensidad con la que se ha atacado contra la deuda de los periféricos. Lo que se puede explicar parcialmente por el efecto retroactivo de este tipo de acoso a determinados valores. Además, aunque España se está llevando, de nuevo, la peor parte, también es destacable la extensión del ajuste a otros Estados como la propia Francia. Los motivos para la especulación o la preocupación y la duda son los mismos, el temor a que a partir de 2013 invertir en deuda soberana deje de ser una apuesta libre de riesgo. Por tanto, si hay que asumir riesgos, mejor reducir la exposición a este mercado hasta el nivel que cada uno esté dispuesto a asumir y cuanto antes se haga, mejor. El problema para España es que con la posibilidad de un rescate a la vuelta de la esquina y la escasa confianza sobre su solvencia, este nivel es más bien exiguo.
En la renta variable, las Bolsas han abierto dando continuidad a las caídas de ayer. Aunque más moderadas. A la hora y media de la apertura y tras amagar con un rebote en los primeros instantes de cotización, el selectivo español Ibex 35 se dejaba un 0,60% y rondaba los 9.200 puntos. No obstante, ha logrado darse la vuelta a las 11.30 y apostaba por las subidas, pero por poco, ya que la volatilidad la ha devuelto a pérdidas. Pasadas las 14.00, el recorte era del 0,%. En el resto de Europa, no había uniformidad y mientras Londres lograba cotizar en verde, París o Fráncfort acompañaba a Madrid en el lado de las pérdidas, aunque sus recortes eran inferiores al que en esos momentos registraba la principal plaza española.
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